Muy pocos lo saben y es que Santa Claus tiene un departamento especial dedicado a los mayores de 18 que recibe montones de cartas procedentes de todo el mundo con peticiones de lo más guarrillas que se pueda imaginar. Desde cosas tan sencillas como condones con sabor a kiwi, pasando por la típica petición de despertarse y tener a un actor porno en tu cama, hasta esa en la que pone que pide ser rodeado por cincuenta pollones negros con buenos perdigones de lefa.
Todos los años a Chris Loan se le pone tiesa leyendo las inocentes cartitas y aprovecha que Santa se va con los renos a repartir regalos a los niños, para robarle uno de sus trajes y cumplir la petición de uno de los que ha pedido que Papá Noel le dé de comer rabo y le folle el culo.
El afortunado de este año ha sido Jonathan Garnier, que además de eso solicitó una caja de herramientas, pero no de las de martillo y llave inglesa, sino de herramientas para darse gusto, entre ellas un buen rabote de goma. Antes de entrar él por la chimenea como estaba mandado, le dejó los regalos al lado del árbol de Navidad y así le pilló, con una pierna sobre la mesa y el culete abierto, probando los nuevos juguetitos.
El cabrón ni se inmutó al ver aparecer a Papá Noel con el paquete to tieso, señal de que estaba bien calentito. No debería haberlo hecho, pero Chris se quitó el traje, desvelando que era un simple ayudante de Santa y sustituyó las pollas de goma por la suya, que estaba bien dura y era mucho más gorda. Se lo folló encajándosela de vicio por el culo y para finalizar le metió una nevada de leche en toda la jeta de las que tan bien saben meter en el Polo Norte.
