Mientras el resto del mundo recorría las tiendas en busca de la mejor oferta del Black Friday, Andy Star iba en sentido contrario. No quería pollas rebajadas, ni machos de saldo y mucho menos un hombre al que se le acabase la oferta del follaje en pocos minutos. Necesitaba todo lo contrario, un buen macho que le petara el culo el máximo tiempo posible y un trabuco gigante que le empalase hasta el alma si hiciera falta. Iba en busca de su gran viernes.
No tuvo que buscar mucho ni tampoco hacer de rogar, que para eso era un chico guapo. Encontró a un zagal italiano fornido y con barba que estaba esperando a la entrada de un local de encuentros y con la garantía de que era italiano, sin miedo a equivocarse dijo “me lo llevo“. Y se lo llevó puesto.
Tenerlo en pelotas arrodillado sobre su cama era un espectáculo. El muy cerdete estaba deseando clavársela y se lo estaba camelando a base de lametones y morreos. Andy no podía dejar de soltar la pieza que tenía entre las piernas. Sin duda no se había equivocado y los italianos eran garantía de placer. Una polla gigante y gordísima que se permitió el gusto de pajear y poner tiesa antes de agacharse y comérsela.
Con algo así de grande entre manos, uno no sabía por dónde coño empezar. La tanteó con unos lametones de lengua y se asustó cuando, tras meterse unos siete centímetros de polla en la boca que se la rellenaron, todavía quedaban fuera de ella otros veinte o más. Eso sin contar los huevos, bien puestos y pegaditos a la base del rabo.
Con ayuda de Gianni Maggio que empezó a culear y a obligarle a abrir la boca, consiguió tragarse hasta la mitad, justo por donde la polla enorme se doblaba un poco, lo que le daba la sensación de estar comiéndose dos rabos, uno en fila detrás del otro.Era la típica polla de sementar, que de tan larga, le había sido imposible conservar su rectitud.
El italiano retiraba de vez en cuando su rabo y se acercaba con la boca a dar unos besos para probar el saborcito que le estaba dejando su verga. ¿Harían lo mismo al final cuando le hubiera soltado toda la leche? Andy ya estaba cachondo perdío, pajeándose el rabo mientras chupaba. Se tumbó sobre la cama con el culo mojadito para recibir rabo, pero Gianni prefirió follarle primero la cara. Se puso en postura de 69 y arreó con una enculada.
El culazo de Andy era una puta maravilla de la naturaleza. El tio se había metido unos nabos impresionantes, pero siempre tenía la apariencia de ser estrechito, suave y virgen, lo que hacía que los más viciosos se dejasen dentro toda su estirpe después de una larga sesión de follaje disfrutando de sus rabos bien acogidos.
Gianni se agarró la polla. Debajo de ella estaba ese culito. Buah, era impresionante la imagen. Le iba a destrozar el ano con su gigante pollaza. Sin condón, le metió primero la puntita un par de veces para que se acostumbrase a su tamaño y después le infló el culo con toda la barra dentro, follándoselo sin parar.
Puso el culito blanco entre sus piernas peludas de macho y lo cubrió por completo. Menudo agujero le estaba dejando en el ojete. Andy estaba con la cara poegada al colchón, gimiendo de dolor y otras veces sonriendo de placer. Temía estar volviéndose loco por esa pija italiana y por su dueño. Ese macho era tan grande y fuerte, que no sabía medir sus fuerzas a la hora de meter el rabo.
Andy se puso boca arriba con las piernas abiertas para verlo en acción. Encontró a un semental que era puro músculo perforándole el agujero. Además comprobó que había entrado en esa fase del placer en la que un hombre buscaba lo que fuera con la boca para dar besos y cariños. A falta de otra cosa que llevarse a la boca, los afortunados fueron sus pies.
Una de las cosas que a Andy le gustó ver desde la distancia era la pelambrera en la base del rabo. Últimamente la mayoría de tios que se lo habían follado estaban rasurados de ahí, pero se equivocaban por completo. Una cosa es que tuvieran una selva, pero algo de pelo le confería a un tio su condición de potro dominante. Era alucinante tener a ese pedazo de tiarrón aplicando toda su fuerza para penetrarle, con los abdominales en tensión y unos brazos grande sy fuertes a cada lado impidiéndole que escapara de ese, su gran viernes.
Era enorme, pero a pesar de eso, se sorprendió a sí mismo abriendo las piernas como una buena puta, desparándose la entrada del ojete con las dos manos para que ese semental se la clavara hasta el último centímetro. Estaba como si estuviera a punto de perder el sentido, con una felicidad plena y extraña con esa porra separándole las piernas.
Ahora que su ojete y su polla ya se habían conocido lo suficiente como para ser amiguis, Gianni se tumbó a cuerpo de rey sobre la cama, puso la picha en vertical e invitó a Andy a clavársela y hacerle una paja porculeadora él solito. El brasileño le dio primero lo que quería y después le dio la espalda para que admirase lo bueno que era su culo y para que gozase de las vistas de su gran rabo desapareciendo por completo una y otra vez.
Gianni se levantó de la cama pajeándose la polla y obligó a Andy a hincar las rodillas en el suelo. Soltando unos gemidos de animal, dejó escapar una lluvia de lefa salpicona en abundancia que dejaron la boca, los morros y el cuerpo del brasileño bañaditos en leche. Andy se metió el cipote en la boca y, saboreando lo que quedaba por salir, se brindó una paja dejándose el lechal sobre la alfombra roja.
ENJOY NOW STALLION GIANNI MAGGIO FUCKING ANDY STAR BAREBACK AT FUCKERMATE.COM
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