Que otro macho hubiera mancillado su honor como lobo activo, hizo que Jean Franko se pusiera a follar culos como si no hubiera un mañana. Pim, pam, pum, se cogía a uno, le petaba el agujero y a por otro, así toda la noche de todas las noches. De todos los tipos, desde niñatos hasta bombones musculosos, a todos les dejaba tirados en la cama boca abajo con nel culo taladrado literalmente.
La rabia de un macho. Como si tuviera que hacer penitencia como castigo por haber dejado entrar una pija por su puerta trasera. Y los que disfrutaron de esa pesada carga, quedaron bien contentos los hijos de puta. Pero ya se sabe que cuando alguien comete pecadso por primera vez, no es ni será la última. A Jean Franko le bastaba con ver una tranca poderosa para recaer de nuevo, y la encontró.
Ocurrió en los pasillos de un hotel cualquiera, de los muchos que visitó esos días, cuando salía en pelotas después de machacar el culito de un buen macho como él, peludito y bien rico. Se cruzó con un chulazo de pro, rubito, alto y fuerte. Borracho de sexo, no tuvo reparos en ponerse frente a él, frenando su camino, metiéndole mano y sacándole el manubrio. Josh Moore la tenía poderosa, una mazorca grandota perfecta para pegarse unas mamadas y darse el gusto de pegarle un pajote.
Cómo no desear algo así perforándote el culo. Jean Franko se la tragó enterita después de perrear un poco con el chaval, obligándolo a ponerse a cuatro patas para comerle la polla. Mientras era follado, se sintió de puta madre, pero cuando el chulazo acabó, de nuevo le entró la puta angustia y necesitó volver a redimirse.
Esta vez no fue puerta por puerta ofreciendo rabo. Puso a Josh de espaldas contra la pared, le separó los cachetes del culo y le embistió como un toro follándole hasta en el mismo suelo. Tios como ese tan buenorros se merecían una acabada de lujo, que les usaran como alfombras tumbados en el suelo, que alguien se les pusiera encima y se la cascara hasta abonarles todo el torso con leche calentita recién salida del puchero. Porque el follador cuando es follado, se vuelve más cabrón y regresa follándote el culo con más fuerza.
