Joder el gustazo que da calzarse con la mano una buena polla gorda como la de Dany Romeo, aplicarle fuerza, subir el pelejo hacia arriba cubriendo el glande y después bajar hasta la base dejándola recta y dura con el cipote al descubierto, todo gordo y admirable, con un buen cabezón y una raja escupeleches de la hostia, ir acercando la cara al pollón y sentir el calorcito y su fuerza, abrir la boca y notar cómo te la va rellenando y se va poniendo más dura todavía hasta dejarte casi sin respiración del ansia con el que te la comes y te penetra hasta la garganta.
Sobrepasada la treintena, sin duda él demuestra que esa es la edad perfecta para el hombre, cuando está en su plenitud atractiva y sexual. Sevillano, herrero y hostelero, guapísimo y encima sabe vestir bien con su jersey azul y la camisa por debajo. Así donde se le ve sentado en el sofá y hablando, nada hace pensar que pudiera ser gay, pasaría como el papi hetero al que todos nos gustaría que nos diese por culo pero bien, con esa cara de cabroncete que mola y que tiene que dar gusto mirar cuando le chupas la polla y se corre entre tus labios.
Salao como él solo, se da el lujo de gastar una bromita en la entrevista. Tiene un amplio abanico de chicos que le gustan y confiesa haber folado más de una y de dos veces en el taller. No es que no le gusten las pollas grandes, más bien normales porque no le gusta abrir la boca mucho para chupar, sino que considerándose activo, le gustan más los culitos, a ser posible depilados y suavecitos.
La llegada de Dany nos hace sentir ese placer oculto de bajarle los calzones a un tio y comprobar la polla que tiene entre las piernas ahí colgando, siempre una sorpresa. Los que hayan tenido el placer de bajárselos, seguro que se han quedado con la boca abierta y los ojos como platos, porque es imposible que este tiarrón decepcione con esa tranca tan gorda y gigantesca, capaz de reventar boquitas abriéndolas de par en par forzando hasta las comisuras y culitos apretados, que sólo de imaginar cómo debe entrar eso forzando el ojete se me pone más tiesa que un palo.
Sabe cómo desnudarse poco a poco y mientras lo hace me entran unas ganas irresistibles de ponerme enfrente y desabrocharle yo los botones de la camisa hasta con los dientes, ocupando las manos en otras tareas. Cuando enseña el torso se ve que el tio está buenísimo, unos oblicuos para perderse, abdominales que no llegan a tableta de chocolate pero se le marcan los suficiete como para querer recorrer la boca por ellos y sentir su dureza. Y esos calzones de solor rosa que aguantan algo voluminoso y gigante que ya se encarga él de enseñarnos marcando paquete.
La polla sale por encima de la goma de los gayumbos como un puto gladiador, dura y empinada, gordísima y preciosa, tanto que se me abre el culo al vérsela y me apetece una cabalgada sobre ese pollón inmenso. El herrero comienza a forjarse el arma acariciándose la piel y los huevos. Estupenda la imagen de su cipote contactando con el torso en un primer plano mientras él coge el bote de lubricante, cuando se da cera y la deja rebotar cerca de su ombligo manchándose encima. Se lo lamería todo.
Esa mano fuerte de dedos grandes empuñando el arma, las miradas que lanza, qué tiene este tio que me imagino una y otra vez metiéndome su polla por el culo, notando cómo resbala y encaja hasta los huevos. Me encantaría que me follase entre sus brazos, que me echase el aliento de los gemidos con su cara cerca de la mía, poder ver esa carita de cabrón empotrador trabajándome el culo como un profesional, metiéndose dentro de mí. Hasta le dejaría descargarse dentro las pelotas.
A juzgar por la cantidad de lubricante que se echa una y otra vez, se ve que le gusta que entre apretadita pero suave. Se la pajea simulando que tiene un culo encima, de forma clásica y después girando el puño para hacerse una paja al revés. La tiene tan sumamente gorda que el anular y el dedo gordo no se tocan entre sí ni apretándosela fuerte. Resopla y frunce el ceño notando ya cómo la corrida le rebosa por los huevos y quiere salir.
Sabe que la tiene enorme y se encabrona consigo mismo, cogiéndola y dándose hostiazos con el rabo sobre el torso demostrando su poder. Se la coge como un joystick y pone el pulgar en el disparador, resbalándolo suabecito por la base del prepucio para darse gustillo. Un primer plano de su boca rodeada por esa barbita me hace soñar de nuevo, sus morros sumergidos en un buen culazo, dando gusto con los pelillos al afortunado.
Activo y machote, pero mola que fugazmente abandone las manos en la polla para descubrirse el culazo. Se lo abre con las dos manos. Estaría genial poder verlo también a él folladito, con el rabo gordo colgando mientras le revientan el ojete. Cuando levanta un poco la pierna, se ve que tiene un buen agujerito el colega para colarle el rabo.
En polla de herrero, corrida de macho. A la voz de un “me corro” que suena a gloria con su acento sevillano, se echa un primer chorrazo de leche calentita sobre los abdominales, recarga unos segundos y el cabrón empieza a disparar lefazos uno tras otro sin parar, pringándose todo el cuerpo y lefándose hasta el mismísimo cuello. Joder qué bueno está, me pone malísimo.Para mí acaba de renacer una nueva estrella!!