A Chris Loan le está poniendo tontorrón eso de que su colega Robin Castel esté en casa y tan cerquita suya pudiendo oler su aroma, ese perfume que tanto le gusta. Como puede, oculta el paquete entre las piernas, haciéndose el machote y cruzando una pierna por encima de la otra apoyándola sobre la pantorrilla y sigue jugando a la consola a dobles. Pues nada, como su novio cruce la puerta y vea cómo se le eriza el paquete, apaga y vámonos, se lía una buena.
Bendito el momento en que su chico dice que enseguida vuelve y se marcha. Chris está que no puede más, cada vez se acerca más a Robin y lo pone a prueba para saber si tiene opciones. Y vaya que si las tiene, ensegiida ve que su colega tiene la huevera a punto de reventar como él. Sobran las palabras, sus rabos ya hablan por ellos. Como locos se sacan la ropa hasta quedarse en pelotas y Robin le confiesa que es virgen. La hostia puta, mejor se lo pone, más cachondo todavía sabiendo que va a ser el primer hombre que le meta la polla hasta los cojones.
Con mucho cuidado, pero sin dejar la pasión de lado, Chris le agujerea el culo a pollazos por primera vez, notando la presión que un culito virgen ejerce sobre su trompa. Hacía tanto tiempo que no sentía eso… Robin se porta como un campeón y para celebrarlo se decora la cara con un buen reguero de lefa calentita que le cae hasta en el pelo, así no le hace falta ya la gomina.
