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Viktor Rom se folla los culazos apretaditos de David Linset y Steve Jouret por turnos

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Como un rey, así estaba Viktor Rom en la camita con sus dos nuevos amigos que acababan de salir del Cine X con más ganas de rabo. De momento les tenía a los dos bien contentos sobándoles los culazos, colando algún que otro dedo juguetón por sus rajitas calientes. Las cosas claras y el chocolate espeso. Él quería esos culos y ellos querían su rabo. David Linset y Steve Jouret miraron hacia abajo y le agarraron el paquete a la vez, suspirando por ese pollón inmenso.

Nada más liberarlo de su encierro en los calzones de cuero, David fue el primero en agacharse y darle un buen repasito con sus labios, que se deslizaban de forma natural y libidinosa por el cipote brillante y mojado. David no estaba acostumbrado a cogerse tamaña cogorza atiborrándose y emborrachándose con rabacos así de gordos. Al que sí se le daba mejor comerse ese tipo de trancas era a Steve, que nde esas estaba claro que se había pillado unas cuantas.

Dos bocas mejor que una, Viktor se puso de pie y dejó que esos dos maromos le comieran la pija y le chuparan las bolas a dos cabezas. Le encantó ver cómo se cedían el turno, cómo se pasaban el testigo y cómo no les importaba comerse las babas del otro, es más, la pillaban con ganas y se recreaban. Al final pasaron de hacer relevos y fue Vikitor el que tuvo que aguantar la leche en las pelotas cuando se empezaron a besar con la polla entre sus bocas, deslizando sus jugosos y húmedos labios por todo su gordo, largo y robusto pene.

Cuando hacían eso de besarse, pasando de su cipote que se quedaba rebozándose encima de sus caras, le entraban ganas de darles lefa y que se la comieran toda. Llegó su turno. Les puso a cuatro patas sobre la cama y gozó de esos dos culazo que no podían gustarle más y ser más diferentes entre sí. El de David todo un veterano, grande, con dos pedazos de cachas impresionantes. El de Steve, más suavecito y moreno, redondito y perfecto.

Le costó elegir dónde meterla primero, pero la edad era un privilegio. Al verlo venir y aunque Viktor ya estaba echándose bien de lubricante en el rabo, David se echó una mano al culo y exploró su ojete intentando abrirlo para lo que se le venía por la retaguardia. Viktor empujó, le encajó la polla a pelo y se lo empezó a follar regalándole un bailecito del gusano, contoneando su cuerpo y dándole fuerte por detrás y de lado, agarrándose a Steve.

El culo dle más jovencito estaba incluso más apretado. Acomodó la polla dentro de su ojete sin condón, esperó a que se relajara y se acostumbrara a su tamaño y en cuanto el tio dio muestras de encontrarse cómodo meneando el culete hacia atrás, le arreó el pandero. Se abalanzaron los tres hacia adelante abrazándose, besándose, disfrutando del aliento y los gemidos de un tio al que le están jodiendo el culo con un buen pollón.

A Steve se le estaba poniendo morcillona y a David no se le escapaba una, así que aprovechó, metió la cabeza entre sus piernas y le comió la minga. La posturita en la que llegó a ponerse puso cachondo a Viktor, que salió de un culo para meterse en otro. Levantó una pierna a David y volvió a joderle abriéndose paso por su esfínter. De ahí a la cama a volver a descansar a cuerpo de rey.

David tenía una buena bomba para inflar pollas. Hizo una sentadilla sobre el rabaco de Viktor y se lo jaló entero por el ojete, sacándolo y metiéndolo por su interior, cascándoselo enterito de arriba a abajo. Steve aprendió rápido, empapó en saliva la polla de Viktor nada más salir del culo de David y repitió la faena saltando encima de sus pierna con su verga bien clavada dentro.

Ocurrió sin poder hacer nada para remediarlo. Estaba tan apretadito, el ritmo era tan acelerado, que sacó la polla muy justo de tiempo, lo justo como para que David acercara su boca y, tras pegarle un lametón al cipote, Viktor soltara un chorrazo de lefa, dejando que después ese mamón se comiera el tronquito bañado en leche. Viktor estaba tan excitado que estaba seguro de poder aguantar otro asalto con esos dos, con la polla igual de dura como una roca como si no hubiera tenido ese desliz cargado de placer. Su pollón era a prueba de bombas y como las baterías de mejor calidad del mercado, todavía le quedó cuerda para joderse esos dos culos por tandas.

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