Ninguno de los tres tenía ganas de dormir a pesar de llegar de fiesta a las tantas de la madrugada. Alexander Volkov, Rafael Carreras y Ben Batemen habían ligado todo y más, se habían zampado unas buenas vergas en los baños y se habían reído lo más grande por las calles antes de llegar a la primera parada, la casa de Alexander.
A la hora de la despedida, Alex les dijo que estaba solo, se acabaron las risas y se hizo un silencio en el que los tres se miraron. Eran amigos desde hacía tanto tiempo que podían interpretar lo que pensaban sin mediar palabra. Les faltó tiempo para acabar desnudos en la habitación, empotrando a Alex por delante y por detrás sin condones, Rafa desvirgándole por detrás con su enorme rabo y el guaperas de Ben ahogándole con su pija y sus huevos.
Tenían las pollas bien duras y los agujeros abiertos. Formaron una pila de culos y se engancharon con los rabos dejándose llevar por el placer de ese trenecito en vertical. Ben empotraba a Rafa desde arriba y llevaba el ritmo de esa doble follada, haciendo que Alex soportara el peso de sus dos colegas y el exageradamente gordo pollón de Rafa que le estaba penetrando hasta las entrañas.
Eran tres putos animales salvajes sobre la cama. Ben empaló a Alex mientras este se dedicaba a hacerle un pajote a Rafa, que le había agarrado el brazo y le había acoplado la mano en torno a su polla, asintiendo con la cabeza cuando sentía que el ritmo con el que se la cascaba y la fuerza que imprimía a su rabo eran los adecuados para empezar a entrar en fase de corrida.
Entraban los primeros rayos de luz de la mañana por la ventana cuando Ben le sacó el rabo del culo y le disparó encima con fuerza con un buen perdigonazo de lefa. Rafa disfrutó de cerca del espectáculo, azotando a Alex con la verga sobre la cara antes de correrseencima de su boca, disparando leche que le cruzaba los morros y caía sobre el colchón.