Se hace raro desnudarse delante de un amigo, no emocionalmente, que eso seguro que lo has hecho antes, me refiero físicamente. Dejar que vea tu cuerpo desnudo por primera vez y con tranqulidad, ver el suyo, pero no de la misma forma que cuando vas con él al gym y se queda en pelotas a punto de entrar en las duchas o mientras se arregla en los vestuarios.
Ahora estáis desnudos frente a frente con una intención más allá que la de simplemente ser colegas haciendo una actividad más. Desnudos para descubrir cada centímetro del cuerpo contrario. Besos que ya no son en la cara, que son lentos y se convierten en algo nuevo, la sensación de estar invadiendo por primera vez su espacio íntimo y notar cómo te dejan avanzar y te invitan a que invadas lo que te plazca.
Mejor no andarse con precaución, igual que besándose, en lo que a las pollas se refiere. Alexis Belfort es consciente de que si va con cuidado en esa zona, que si se dedica a calentar más de la cuenta, es probable que los dos se corran en segundos. Mejor tragarse el rabo de Pietro del Toro de un bocado y chupar como si ya lo hubieran hecho antes.
En plena fase de exploración, descubren sus capacidades ante esta nueva experiencia. Pietro se sorprende a sí mismo como un mamador de pro, capaz de tragarse la pollaza larga de Alexis hasta los huevos. No es quien más larga la tiene, sino quién más ganas tiene, cuando se decide quién recibe y quién da. Después de retozar y explorar en la cama, al final siempre uno termina abriéndose de piernas, cuando no los dos. Pajotazo compartido de leche sobre el cuerpo de Alexis, la culminación de una amistad más profunda de lo normal.
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