Rubio o moreno, joven o veterano, grande o pequeña, Mario o Sonic, Zipi o Zape… la vida está llena de duras decisiones y todos los hombres hemos de afrontar una que nos cambiará la vida para siempre, eso si no la han tomado ya por nosotros, antes de entrar en la adolescencia: dejarnos cortar el pellejo de la polla y llevar el cipote al descubierto o conservarlo en su bonito capullo rodeado de suave y lubricada piel.
Yo no tuve capacidad de decisión. A los cinco años me llevaron al médico y, sin saber qué me iban a hacer, me tumbaron sobre una camilla, me bajaron los pantalones y un médico empezó a cortarme la piel del rabo que recubría mi cabezón. Mi madre me decía que era por mi bien, para que cuando creciese pudiera tener hijos. Después de un dolor impresionante, vinieron los ejercicios. Retirar la piel del rabo hacia atrás varias veces al día.
Tuve que acostumbrarme al roce de la tela de los calzones sobre la zona más sensible de mi rabo, todo eran nuevas sensaciones y no descarto esa vieja leyenda que dice que los que estamos circuncidados duramos más metiéndola, puesto que acostumbrados a tanto roce diario, nuestras pollas se han hecho más fuertes.
Y quizá porque ya no lo tengo así, sea por lo que me encantan los rabos con capuchón, la delicia de meterte uno en la boca, morder la piel, estirarla, meter la punta de la lengua y gozar retirándola hacia atrás, despellejando una grandota y dejando al descubierto el capullín que te dará toda su leche. Tres de esos rabacos con capucha que me metería en la boca sin dudarlo, serían los de estas tres leyendas del porno gay, que llegan dispuestas a demostrar que aunque no tengan el cipote rozándoles la tela de los gayumbos, también tienen buen aguante follando.
La saga comienza con Dato Foland, de los tres el más reciente en el porno. Antes de que llegue Andy Star a reclamar lo suyo, nos podemos dar el placer de disfrutarle a solas viendo cómo se hace una paja, cogiéndosela con las dos manos pero todavía sin empuñare, sino poniendo la yema de los dedos a cada lado de la pija y haciendo resbalar la piel por el tronco suavemente de arriba a abajo.
Para Andy tiene algo especial, le va a presentar a su capullo. No puede evitar que el tragoncete meta la lengua dentro del pellejo, pero es él el que tiene el control de su rabo y va retirando la piel hasta dejar el cipote al descubierto, todo lubricado natural para follar culos. Incluso antes de metérsela, la frota contra la raja haciéndose una pajilla, encapuchando y descapullando su polla una y otra vez, sin olvidar que, antes de hacerlo, se come el rabo de Andy a boca llena, que a diferencia del suyo, tiene todo el cabezón al aire. Sólo resta saber con qué fuerza sale la leche disparada y de qué forma cuando se encuentra como barrera un pellejo que se lo impide por casi todos los lados.
A la hora de comer pollas, Damien Crosse es único. Verle mamar, follar o ser follado es como ver a un atleta haciendo una carrera de fondo, pura energía. De nuevo podemos disfrutar de alguien como él un ratito a solas, mirando cómo le gusta pajearse. Se la coge poniendo las palmas de las manos a cada lado del cilindro y la adora. Mete un dedo por debajo del pellejo y con él va rodeándose y acariciándose el glande.
Un culazo italiano llega para desbocarle. Damien le da de comer rabo a Rico Fatale y deja que le bombee la polla sin miramientos, pero el cabrón está demasiado bien dotado como para dejar que eso termine con una follada por su parte y convierte el encuentro en un flip-fuck en toda regla con intercambio de corridas en toda la boca, el tipo de cerdadas que Damien sabe perfectamente que nos sacan la leche de la polla al instante.
El más veterano de los tres llega para cerrar el ciclo de las pollas sin circuncidar. El inconfundible Francoise Sagat es más de paja clásica, aunque como tiene manos grandes, le bastan tres dedos para agarrarse la polla gorda, el pulgar por delante y dos dedos detrás para hacerse una buena pinza.
Un pollón así de grande necesita un culo a lo grande y Nicolas Brooks es perfecto para cubrir sus necesidades más básicas. El cabrón llega to empalmao y con su boquita hace alguna que otra cerdada, arrastrando toda la piel del rabo hacia arriba y mordiéndola suavemente, rindiendo tributo a una de las pollas más veteranas, cerrando los ojos y sintiendo el saborcito del precum que tantas bocas y culos han disfrutado antes, sintiendo la magia de una polla natural con todo su pellejo encima.
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DATO FOLAND | WITH ANDY STAR
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DAMIEN CROSSE | WITH RICO FATALE
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FRANCOISE SAGAT | WITH NICOLAS BROOKS
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