Después de dejarse el cuerpo peludo mojado en la ducha, Louis Ricaute cogió una buena cantidad de gel para enjabonarse. Con tanto pelo no era fácil frotarse con suavidad, pero a cambio salía más jabón que estando depiladito. Justo al llegar a la zona del culo, escuchó los ruidos del martillo en la cocina, donde estaba su colega Titan, que se había prestado amablemente a arreglarle algunos muebles.
Fue pensar en su cuerpazo negro totalmente empalmado y sin pensarlo Louis se metió dos dedos por el culo hasta los topes gimiendo de gusto. Reclinó un poco la espalda para dejarse más abierto el agujero y le imprimió ritmo a la mano por detrás. No sabía cómo, pero de todos sus colegas, era el único que con su sola presencia cercana le ponía cachondo. Seguramente fuera el haber probado su rabo y haber estado antes entre sus brazos fuertes antes. Nadie había conseguido hasta entonces hacerle disfrutar tanto y su cuerpo le estaba pidiendo una segunda oportunidad.
Por suerte su amigo era tremendamente abierto y predispuesto, por lo que le bastó salir medio en bolas con la toalla arropada a la cintura, marcando rabo duro e insinuarse a la puerta de la cocina para que ese chulazo de chocolate le propusiera ir a la cama a follar en ese mismo momento. Palabras que sonaron como música celestial en la cabeza de Louis, que de lo dura que la tenía y con el roce de la toalla, tras la proposición casi se autoinmola con una paja sin quererlo.
Besito tras besito, Louis comenzó a bajar los pantalones de Titan para darle un saludo al pollón que le iba a calentar el culo en breve. Al hacerlo se dio cuenta de que Titan llevaba unos calzones verdes tan minúsculos, unos slip demasiado ajustados para él, que obviamente el rabo ya lo tenía colgando por fuera, así que no tuvo ni que retirarle el lateral de los gayumbos para notar el tacto calentito de aquel rabaco rozando la palma de su mano.
Noto el peso del rabo, muchos gramos de butifarra de la buena y cuanto más se acercaban el uno al otro, más le presionaba el cuerpo con la punta del nabo que ya le estaba rozando los pelos de sus genitales. Hábilmente pero con calma, le liberó los enormes cojones y enseguida se agachó para empezar a crear lechecita rica en ellos, mamando con muchas ganas. Un tio con un cuerpo tan grande como el de Louis necesitaba algo del mismo tamaño para quedar satisfecho del todo. Le gustaba mucho comer pollas, pero eso de coger algunas con su manaza grande y tenerla ya cubierta sin poder desplazar la mano a su antojo para meter una buena paja, no le convencía.
Por eso la de Titan le encantaba, porque podía poner la mano por arriba y todavía le sobraba espacio para poner otras dos manos más encima hasta abarcar de la base al capullo. Le molaba metérsela en la boca y sentir el contacto de sus labios con ese gran cabezón que tenía por cipote. Cerró los ojos y se dejó llevar chupando cada centímetro de ese enorme rabo y para cuando quiso darse cuenta, los dos estaban fundidos en una mamada follada, el chupando y Titan follándole la jeta suavemente para no hacerle daño.
A veces lo hacía a posta, se la sacaba repentinamente de la boca para que la polla cayese gigantesca y gorda rebotando hacia abajo. Titan la recogía con la mano, la apuntaba de nuevo hacia su boca y la guiaba otra vez hacia su interior para que le siguiera rozando suavecito el tronco con los labios.
Sentir los labios carnosos y los grandes dedos de Titan abriéndole el culo, ya le valían casi media follada, de hecho el estado de su polla podía atestiguar lo mucho que le gustaba aquello, tenía una trempera de estas que en cualquier momento como le metiese uno de los dedos más acá, la leche iba a salir en grandes proporciones más allá. Acción y efecto. El sexto sentido de Titan hizo que se diese cuenta de aquello, así que antes de arruinar ese nuevo encuentro de placer y tener que esperar unos minutos después de los cuales nada sería igual de intenso, se tumbó sobre la cama para dejar que le siguiera comiendo toda la polla.
El trabuco parecía incluso más grande así que comérsela de pie, sería por el hecho de poder verle en su conjunto de tiarrón grande. Si no fuera porque ya se la había follado antes, ahora estaría realmente asustado viendo su ano correr peligro de destrozo inminente. Si ya a un tio grandote como él aquello le dejaba satisfecho, no quería ni imaginar a los chavalitos más pequeños y delgados, que se sentirían como un pavo relleno por Navidad.
Le hizo tanta ilusión notar de nuevo ese capullo abriéndole el ojete… como si al hacerlo le hubiera venido a la cabeza lo bien que se lo pasó la otra vez, como el que huele un aroma y recuerda perfectamente dónde estaba y qué estaba haciendo. Le dio tanta impresión que el culo se cerró en banda en torno a su cipote aprisionándolo y tuvo que echar mano atrás para cogerle el rabo y conducirlo él despacito dentro de sus paredes.
Un camino rápido de clavada hasta los huevos que para Louis duró mucho más tiempo, como a cámara lenta. Cuando la tuvo toda en su interior, se puso de rodillas en la cama, elevó el torso y la apretó bien dentro de él con el culazo para no dejarla escapar. Se relamía de pensar que en esos momentos tenía casi 30 centímetros de polla clavadas por el trasero, a otro tio dentro de él pillado literalmente por los huevos.
Él se encontraba así la mar de a gusto, paradito, pero Titan necesitaba frotar su polla, que la leche no se hacía sola. Le volteó boca arriba sobre la cama, le abrió de piernas y le metió rabo, dejándole un boquete en el ojal que hubiera flipado de haber podido mirárselo, porque cada vez que Titan sacaba la polla, arrastraba con él unos cuantos centímetros de piel del agujero que volvían a meterse para adentro con la empalada.
Louis ya estaba preparado para saltar sobre ese rabo como un niño juguetón, preparado para clavársela al máximo, la postura con la que lograbas tragarte una polla por el culo en su máximo esplendor. Unas cuantas culeadas le dejaron mareado, así que Titan tomó el control de su trasero dejándolo ensartado en volandas sobre su polla. Durante esos breves pero intensos momentos, Louis pudo sentir el abrazo por detrás. Pocos tios podían sostenerle sobre sus cuerpos y seguir follándole con tanta pasión.
Le hizo lo mismo pero esta vez mirándole cara a cara, dejando que también Titan disfrutase de las vistas de una más que generosa polla como la suya dando saltitos sobre su torso negro, provocados por su propia follada. Le tenía ya embadurnado en sudor y seguro que con los huevos cargaditos para disparar en cuanto menos lo esperase. Pajas cercanas es lo que se hicieron entre los dos, Louis tumbado boca arriba dándole a la zambomba y Titan masturbándose con rapidez, muy cerca del ojete de Louis.
Fue Louis el primero en dejar escapar toda la leche blanca sobre su torso peludo. No paraba de salirle nata al cabrón por el prepucio. Parecía que él también se había calentado bien los huevos. Titan unio su corrida frenando unas cuantas marchas el pajeo, inclinando la polla hacia el frente, hacia el ojete, y dejando escapar unos cuantos lechazos que no consiguió apuntar bien del todo, pero que recogió como si nada, usando la corrida para entrar de nuevo y más suavemente dentro del culazo de Louis, que vio cómo sucio y lleno de leche, su felicidad se completaba.
WATCH NOW TITAN FUCKING LOUIS RICAUTE BAREBACK AT FUCKERMATE.COM
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