El conde Barebackula sabe que es cuestión de tiempo que a su invitado especial empiecen a picarle tanto la curiosidad como la polla. Todas las puertas del castillo Bare abiertas, con sus siervos follando, los constantes gemidos pared con pared, el chapoteo de los huevos jodiendo culos. Ya le ha visto pulular por los pasillos en la noche y echarse mano al paquete y se le ocurre que para el próximo año podría colocar cámaras en el baño del cuarto de invitados, porque seguro se ha cascado más de una paja.
El momento no tarda en llegar y el conde tiene preparado para James Castle una sorpresa muy especial. Una no, dos. Dos sirvientes muy especiales y distintos, Mario Domenech con pinta de muy machote y el otro Alex Kof más aniñado para que le hagan disfrutar como loco, para que se sienta completamente realizado decidiendo si pone el culo para uno y si entra por el ojete apretado del otro.
James enseguida se deja llevar por la magia de ese castillo y la habitación se envuelve en gemidos, de labios chupando pollas, de hombres que no se conocen disfrutando como cerdos, entregándose unos a otros e invadiendo sus espacios vitales. El invitado no sabe que Barebackula lo está preparando para algo aún más especial, pero de momento deja que sus siervos lo inicien culminando la follada con un doble facial sobre su cara, plantando la semilla del mal.