El edificio de vecinos en el que hace una semana se pegaron el lote dos chicos, parece tener una magia especial. Nadie sabe si serán sus paredes o es que tiene algún extraño encantamiento para atraer a chicos sexualmente muy activos y promiscuos, pero los chavales con ganas de follar acuden a él como las moscas al pan.
Si sales con la intención de echarte unas carreras por la ciudad y quien te sale al paso antes de coger el ascensor es tu vecino de al lado, con la pinga haciendo tienda de campaña en las bermudas, tienes dos opciones, hacer como si no hubieras visto nada o dejarte llevar y hacer que por esa simple visión tu rabo tenga envidia, haga lo mismo y las manos de uno y de otro terminen en todo el pan. En cualquiera de los dos casos, la cara roja no te la quita nadie.
Los dos empiezan a sobarse los paquetes y las tiendas de campaña poniéndose cada vez más cachondos. Se habían visto antes pero no en estas circunstancias, no sabían que estaban tan bien dotados. Vaya pérdida de tiempo el no haberse hecho unas pajillas juntos cuando iban a jugar con otros chicos del vecindario hace años, se lo hubieran pasado de puta madre. Pero haby cosas que se descubren cuando toca.
Louis Ricaute es el primero en tomar la iniciativa. Se agacha y como que empieza a decidir sobando la polla por dónde sacarla. Al final se decide por dejarla al descubierto por el lateral, como si le ayudase a sacarse la minga para mear. Lo que se encuentra no es una típica polla flácida, que va, la pedazo polla que tiene ante la cara es un monstruo gigantesco ante el que no puede ocultar sus ganas de comer. Joder con Koldo Goran dónde va sin rabo, la hostia.
Mira que es un bocazas, entiéndase en cuanto a que se traga las pollas de dos en dos, pero ese rabo es tan grande que el simple cipote ya se le encaja en la garganta y no pasa másallá de los primeros centímetros chupando. Cuando la suelta, la muy puta se desliza poderosa y lentamente hacia la derecha, hasta su posición natural de polla curvada, un señor pollón que hace magia en el aire y despierta el hambre de los más glotones.
Embelesado y con cara de una felicidad extrema sintiendo los morros calentitos deslizándose por su tronco, a Koldo le da por mirar el trasero de su mamador y algo en él salta como un resorte, como si hubiera descubierto algo que le gusta más todavía. Un culazo enorme hecho para su rabo en el que hundir antes los morros. Lo hará suyo, pero antes le da la vuelta y aprovecha para pegarse también él un merecido atracón de polla.
Después dicen los vecinos que se resbalan en el ascensor, no te jode, si los follarines como estos no paran de babear chupándose las pollas y dejando el suelo perdido. Más de uno se habrá dado de bruces y al caer habrá apoyado la mano sobre un charco de saliva o vete a saber de qué.
El bufido que suelta Louis al notar la polla insertándose por su ojete es sobrenatural. Se ve obligado a apoyar las manos contra el ascensor para no caerse, porque Koldo se acopla a su espalda y menea el culo tan poderosamente que casi le hace perder el equilibrio. Ahí a pelo, sin condón que se la está metiendo, a piel viva y metiéndole una buena sacudida con los huevos. Lo normal es que con una polla de ese calibre a uno le entre miedo y se le baje la erección, pero Louis funciona al contrario, cuantomás larga más le llega a fondo como le gusta y el tio no se baja de la burra ni para atrás.
Comienzan a perder la conciencia de que en cualquier momento pueda salir un vecino por la puerta, o lo que es peor, alguien de su familia, pero el estar follando les ha despertado el instinto animal que llevan dentro y se olvidan de todos los miedos y responsabilidades. Sólo una vez bajada la intensidad de la follada y completamente sudados, Koldo es consciente por un segundo y decide llevárselo a su casa en la que hoy no hay nadie.
Allí intercambian la dureza de unas paredes de metal por el mullido colchón, la crudeza de una follada de pie por un delicioso culeo pajero. Pero la experiencia del ascensor le ha calado tan hondo a Louis que desea repetir la experiencia. Con mucho cuidado va retirando su culo de esa larguísima polla que parece no tener fin, de hecho tiene que hacer un amplio movimiento para sacársela. Se pone de rodillas en la silla, abre el culo y deja que Koldo haga el resto, volviendo a metérsela a pelo por detrás.
Koldo suele disfrutar con los chavales de culitos apretados, delgaditos y poco acostumbrados a un pollón como el suyo de voluminoso, se pone cachondo viendo cómo sus manos apenas logran abarcar el grosor ni forzzando el puño, pero también le mola probar su capacidad para follarse a tios grandotes, porque su pollón ha nacido para eso, para follarse culos pequeños y grandes.
Es el momento de acabar las pajas que nunca se hicieron. Así debió haber sido hace años, los dos sobre la cama bien cerquita el uno del otro dándose a la zambomba. Koldo acercando su cara cuando Louis se corre encima de su peludo torso, dejándose un reguero blanco de lefa encima. Koldo corriendo raudo y veloz, levantándose y apuntando la punta de su polla directamente en la boca de Luois, proporcionándole un pringue de leche tras otro, decorándole los morros y enjuagándole el interior de la boca con más leche que Louis recoge con la lengua con mucho placer pegándose una merendola de lujo. Tardó en llegar el pajeo que debió ser, pero mejor tarde que nunca.
ENJOY NOW KOLDO GORAN FUCKING LOUIS RICAUTE RAW AT FUCKERMATE.COM
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