Cuando Mickey Knox y Christian Bay se disponían a disfrutar de sus vacaciones en la playa pensando que tendrían que darse de codazos para plantar la toalla en la arena de la gente que habría, loque menos pensaban es que acabarían como vigilantes, pero no de la playa, sino de la polla, de la pedazo polla eso sí del vigilante de la playa. Y aunque pueda parecer un trabalenguas, pues bueno, puede parecerlo y realmente lo es, porque la polla del vigilante Angel Cruz acaba de saliva hasta los huevos.
Soleada mañana en el hotel. Mickey despierta a un perezoso Christian que aún remolonea en la cama, hay que darse prisa para coger laprimera línea de playa. Pero sorpresa, cuando llegan no hay ni un alma, la playa idílica que todo turista desearía encontrar, con apenas algún deportista mañanero acompañado de su perro y el vigilante buenorro con sus bermudas rojas con el que consiguen hacer una primera toma de contacto con las miraditas directas.
El cabrón les pone rectas las pollas, desaparece por las escaleras de madera calle arriba y ellos van en su busca como dos perrillos buscando a su dueño. Al final la casualidad hace que esa misma tarde se lo encuentren por el hotel y le inviten a subir. Le dejan la puerta abierta y se quedan de rodillas sobre el sofá, completamente desnudos y con los culos en pompa a tiro para follar, aún a riesgo de que antes de que el vigilante suba se presente el botones, que también está de buen ver. Bueno, el primero que suba tiene doble premio y si llegan los dos pues orgía.
Joder, por cuál empezar primero! Angel se lleva las manos a la cabeza, decide agacharse y tocar un culo con cada mano, metiendo los dedos por las rajitas calientes. A bocados, primero elpeludo y después el suave. Se sienta en el sofá y se deja vigilar la polla envuelta en un mar de saliva, se la dejan lubricada para follarse esos culos por turnos. Mientras se la mete a uno, el otro mete la cabeza entre sus piernas dedicándose a lamerle el ojete, los cojones y la parte de polla que va dejando fuera cada vez que mete y saca. Al mes que viene regresarán, con más amigos, los veranos así son impagables.