Confiésalo. Antes de poder disfrutar del sexo cuando te viniese en gana, ¿cuántas veces has agarrado un calcetín negro y lo has ido rellenando de calcetines haciéndolo crecer en longitud y en grosor, ajustando después una vez relleno y te has rebozado y has chupado como un cerdo imaginando que era una enorme polla negra? ¿Cuántas veces has paseado esa enorme barra por la raja de tu culo y has deseado que fuera una de verdad entrando dentro de ti, haciéndote muy hombre?
Menos mal que por suerte llegaste a esa edad en la que los calcetines sustituyeron a los rabacos de verdad, calentitos, duros, con su buen par de pelotas y escupiendo lefa a toda leche sobre tu cara que es lo que a tí te gusta, perro. El placer de un buen pollón gigante y negro recorriendo tu lengua, rozando tu paladar con el capullo, intentando colarse poco a poco más y más adentro hasta taponarte la garganta haciéndote descargar toda la saliva soltando un gemido de gusto de garganta mejor follada que una puta.
Nuestro médico favorito Santi Noguera va a poder sentir esos placeres, sus labios agarrándose al contorno del grueso cipotón de Titan, una mano adorando sus grandioso cojones y la otra de vez en cuando atrapando la bandera, notando cómo agarra algo casi imposible de abarcar de lo gorda que es.
Un auténtico titán de gran tamaño, una mole de color negro y de pie con el culito prieto al aire, permanece firme mientras del otro lado Santi se desvive por tocar y chupar cada centíemtro de músculo, totalmente cachondo. El motivo de que esté tan salido lo descubrimos enseguida y es que el titán ya apunta maneras bajo los calzones, con toda la porra medio empinada haciendo tienda de campaña bajo los calzones y eso le pone nervioso a cualquiera.
Santi chupa y chupa y con las manos estira el calzoncillo hacia abajo dejando salir otra mole negra y perfecta, un pollón gigantesco a punto de ponerse duro, como más le gustan, cayendo hacia abajo, largo y muy gordo, en el estado perfecto para comenzar a trabajarlo con la lengua. Un poquito de saliva y para adentro, apretando bien los labios para meterle una señora paja con la boca. Una polla hecha para satisfacer a los hombres y el deseo, para comer como cerdos, para darse de hostias con ella y notar su dureza y la fuerza que desprende.
Intenta tragar a ver si se le cuela el capullo por la garganta en una de estas, pero es tan gordo que le va a costar. Con el rabo brillante de saliva, va a por los huevos y los degusta mientras se deja el pollón apoyado sobre la cara sintiendo su calorcito y su peso. El cabrón de Titan come chicle como si nada, como si ya estuviera acostumbrado a ver en los hombres ese deseo por comerse su polla. Cuántas bocas y culos habrán pasado por su piedra satisfechos. Santi parece un perrito con su hueso preferido, a cuatro patas comiendo sin parar.
Al borde de la cama ninguno de los dos suelta prenda, sólo gemidos apagados por sus bocas llenas de rabo. Titan le come la polla también y aprovecha para ir metiéndole los dedacos y abrirle el culo. Cuando emplea el arte de la lengua sobre su ojete, Santi se vuelve loco, le está dando donde más le gusta. Titan le amasa el culo como si estuviera trabajando el pan en el horno, un culazo grandioso que tiende a cerrarse. Lo necesita bien abierto para entrar, después la tendencia a cerrarse le dará el gusto que necesita, cuando ya esté dentro de él que se cierre todo lo que quiera para darle más placer.
Santi vuelve a disfrutar de su inmensa polla en a boca. Siempre lo ha deseado, estar tumbado boca arriba en la cama y que venga por arriba un rabo negro y gigante que le sacie el hambre. De primeras y para clavársela entera, decide sentarse encima de esa mole de piedra y cabalgar, completamente a pelo, notando cómo el trabajo de su saliva ha ejercido de lubricante natural para que su agujero no sufra mucho. Le parece increíble que se pueda haber tragado por el culo semejante polla. No es que dude de sus capacidades, que ya se las ha comido antes enteritas así, pero esa tiene unas dimensiones desproporcionadas.
Cuando el ojete ya se le ha dado de sí lo suficiente, Titan se coloca detrás de él y se la enchufa a traición. Santi siente cómo le blande el agujero y se lo rebaña y además de la debe estar metiendo muy profunda porque también nota la rugosidad de los huevos negros rebotando sobre su culo. Con un poco de dolor y mucho gusto, se queda a cuatro patas aguantando las mebestidas de ese machote. Se siente más empalado y follado que nunca. Le da la media vuelta dejándolo boca arriba y el tio no para de meterle polla, arrastrándola bien adentro con el poder de su fuerte culo morenote. Como siga rebañando tan a fondo el cabrón le va a sacar hasta la primera papilla.
Está disfrutando como un loco y decide apoyar las piernas sobre los hombros de ese tio, dejándole el culo abierto para que le mete lo que quiera. Decide dejarle todo el poder porque él ya está perdiendo el sentido. Titan se lo revienta a su antojo, no hay agujero que se le resista. Como compañeros de cama, Titan le hace un buen cuatro descansando de lado, levantándole una pierna y metiéndosela. En esa postura Santi deja salir su lechada con montones de mecos blanquitos surcando el aire. Titan hace lo mismo pero justo encima de la boca de Santi, a petición suya, con gotas de lefa volando por encima de su jeta y algunas cayendo en su boca. El muy guarrete aprovecha para arrastrar la leche con la lengua hacia afuera y escupirla hacia arriba. El néctar de un titán.
