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Manos a la obra parte 3: El jefazo de obra ViciousMen mete en vereda al chulazo guaperas de Andy Star follándose a pelo y preñando su espectacular culazo

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Hacía un calor de la hostia en la obra. Ya ni con el ventilador puesto, que más que aliviar, ese trasto lo único que hacía era insuflar aire caliente por todas partes. Andy Star ya no sabía cómo ponerse. Estaba sin camiseta, descalzo y hasta los pantalones vaqueros cortos le molestaban. Abrió una lata de Coca Cola para ver si refrescaba, pero ni con esas. Para colmo llegó ViciousMen, su jefe de obra, a tocarle las pelotas. Que si iba descalzo, que si no podía estar así que se iba a hacer daño.

A tomar por culo. Se quitó los pantalones y se quedó en bolas, con la polla colgando y marcando su bonito trasero blanco que todavía conservaba la marca del moreno del bañador de ese verano. Como era de esperar, su jefe siguió dándole la chapa. Ahora le vino con que n podía estr desnudo porque le estaba mirando todo el vecindario. Pues que miraran. Además su jefe mucho decir pero el cabrón bien que le gustaba mirar un cuerpazo como el suyo, aparte de que a Andy se le estaba empezando a enderezar el rabo siendo malote e incumpliendo las normas de seguridad.

El jefe de obra había rebajado el tono. Se había sentado y Andy estaba de pie frente a él, desnudo y con la polla tiesa. ViciousMen le tocó e hizo referencia a la marca que separaba el moreno del blanco de su culete. Con tanto calor Andy estaba cachondo y su jefe estaba buenísimo. Se inclinó y le robó un beso. ViciousMen se levantó y se metió un agarrón de paquete impulsándolo con los dedos para que Andy viera su artillería pesada y luego se bajó los pantalones y los calzones sacándose la picha que tenía morcillona y con unos buenos huevazos colgando.

Andy se agachó, pasó una mano entre sus piernas recogiéndole toda esa huevera que le fascinaba y le comió todo ese rabaco que no tardó en endurecerse dentro de su boca. Le dejó chupar pero poco rato, porque ViciousMen necesitaba recrearse con ese culazo. Le puso de espaldas mirando hacia la espalera, con una pierna encima de uno de los escalones para que tuviera la raja bien abierta.

Joder qué pedazo de culo, musculadito, redondo, blanquito, con ese pedazo agujero que seguro se habría tragado unas buenas pollas. La suya sería la siguiente, pero antes se dio el gusto de meterle una relamida por toda la raja sintiendo en sus papilas el calor que despedía ese agujero, le plantó la polla en toda la rajeta y la frotó por encima haciéndose una pajilla suave.

Comiéndole el culo, ViciousMen dejó salir su instinto animal. Se convirtió en un perrete olisqueando, mertiendo los morros, follándoselo con la lengua, restregando toda su cara y hasta su cabeza por ese precioso culazo que le volvía loco de vicio. Sin condón ni hostias, se levantó, se relamió un poco los dedos acicalándose el cipote para que entrara bien y con un empoderamiento de caderas se la metió sin condón por el culo al chico buenorro de la Coca Cola.

La follada que le sirviera como castigo, por ser tan rebelde, por hacer siempre lo que le salía de los cojones. No sabía qué hacer con él para meterlo en vereda. No paró de reprocharle cosas mientras le empotraba y le daba de hostias en el trasero. Qué ganas tenía de azotarlo, de calmar con su polla la rebeldía de ese cabronazo. Cómo le atrapaba la polla ese ojete y qué a gusto que estaba con el rabo dentro bien protegido. ViciousMen se excitó tanto que le folló a pleno rendimiento, le palmeó el culo y la espalda y le escupió encima. Ese chico tenía que aprender de alguna forma a no saltarse las reglas y para malote, él.

Se estaba poniendo perrísimo. Se agachó de nuevo a mirar el agujero que le había dejado. Menudo ojete delicioso. Latía hacia adentro y hacia afuera muriéndose por un rabo. Una vez más ViciousMen no pudo contener su instinto y volvió a restregar toda su cara por la raja. Entonces Andy se dio la vuelta y se quedó bocarriba, abierto de piernas para él, totalmente entregado, encendiendo la ira de ViciousMen que vio las puertas del cielo abiertas. Ahora comprendía que la única forma de calmar a ese chaval era meterle una buena follada todos los días.

Durante un rato dejaron de follar dedicándose a lo que más les gustaba al uno del otro. Andy le comió la polla al jefazo en las escaleras y este a su vez se volvió a comer el culazo que ahora estaba sentándose sobre sus piernas, empalándose en su durísima y gorda polla. Menuda paja porculera le hizo y luego tuvo que aguantar las ganas de correrse cuando ese chulazo guaperas y musculado se dio la vuelta y siguió saltando comiéndose toda su polla con el ojete, una y otra vez.

Que Andy no tenía reparos en hacer lo que le salía de los cojones, era algo que ViciousMen sabía, pero ¿a qué coño venía correrse encima del cuerpo del jefe sin pedir permiso antes? ViciousMen se tomó la revancha y como respuesta ni le sacó el rabo del interior del culo para correrse, le metió una buena preñada, porque consideró que era lo que ese cabrón se merecía. Cuando Andy se empezó a poner de pie, ahora un poco más calmado y obediente, ViciousMen se fijó en el lechal que goteaba por su agujero. Se había ordeñado bien dentro de su acogedor ojete. Como currela sería un grano en el culo, pero el cabronazo estaba buenísimo y era un buen partido para follar.

► No te pierdas aquí el canal de Youtube de Viciousmen, hombres en el jacuzzi

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