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Manos a la obra parte 2: ViciousMen le come todo el rabo a Viktor Rom y se deja follar sin condón a cambio de un adelanto

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Cuatro meses en la obra y todavía ViciousMen y su cuadrilla no han visto un puto euro. Con mujer e hijos, cuando la necesidad aprieta y hay que alimentar bocas, a veces no queda otra que hincar las rodillas, meterse debajo de algunas mesas y poner el culo. El contable Viktor Rom le ofrece pagarle un adelanto como buenos amigos, pero ese acto de caridad tiene un precio: una buena mamada de rabo.

Viktor está excitado viendo el cuerpazo de ese obrero, musculado, con su camiseta de tirantes, guapo y tremendamente atractivo con esa cara de empotrador que tiene. Siempre ha sido su fantasía hacerlo con uno de su talla. La tiene ya tocha y se la marcza con la mano para que él la vea. Intenta convencerle cuando le menciona a su familia. Nadie tiene por qué enterarse. Una mamadita, dinero en la cuenta y todos contentos. Lo que se hace en la obra, en la obra queda.

A regañadientes, ViciousMen acepta, pero Viktor le pide algo más, que se desnude de cintura para arriba. Tan rico como pensaba, musculado y pecho lobo. «Entonces, ¿qué? ¿Te como la polla?«, repite ViciousMen, ganando tiempo al ver la pedazo de tranca que se le marca ya a Viktor por debajo de los pantalones. Se acojona al intuir un miembro tan jodidamente grande, pero a la vez siente un impulso que intenta acallar dentro de su cabeza y que termina saliendo a la luz.

En un arrebato, dejándose llevar por lo que siente, se lanza hacia Viktor y le morrea. Saciada la curiosidad, le aparta y le golpea le pecho, como si la culpa fuera de Viktor. No puede hacerlo. Entonces Viktor se baja los pantalones y se saca toda la polla gordísima y bien tiesa. ViciousMen empieza a dudar, no sobre decidir si chuparle la pija o no, sino de lo que realmente le gusta. Al ver esa pedazo de tranca, algo se le remueve en la huevera de los calzones. Tenía muy claro que le gustaban las almejas hasta ese momento.

Al final se agacha y se la mete dentro de la boca. Una sensación de gustazo le invade todo el cuerpo. Ya no puede parar. Coge a Viktor por las pelotas y se las acaricia. Con la polla en la mano y pajeándola, ViciousMen mira hacia arriba y pide a Viktor que le dé algo más de dinero, alegando que tiene cuatro hijos que alimentar, tentando a la suerte. Viktor le sugiere que siga chupando, pero mientras le coge de la cabeza y le mete una buena follada por la boca colándosela por la garganta, le propone el siguiente paso: metérsela por el culo.

Con carita de circunstancia, no porque no quiera que se lo haga por una buena suma de dinero, ViciousMen le confiesa que, como buen hetero que es, su chica ya lo ha intentado y no le entra ni el pelo del bigote de una gamba por el ojete. Viktor, que culazos como el suyo ya se los conoce y confía plenamente en sus capacidades, le sugiere que lo intenten.

Desnudo, a cuatro patas, apenas con el casco de obra, el arnés de seguridad y los calcetines puestos, ViciousMen descubre por primera vez los placeres de su ano ante la boca y la lengua de todo un experto en abrir culitos. Entiende que su chavala no conocía tan bien la anatomía de un hombre como otro pudiera hacerlo. Qué puto gusto le da sentir esa lengua húmeda en el ojete. Por qué no había disfrutado antes de esos placeres.

Todavía con un escalofrío de placer recorriéndole la columna, siente el calor del torso de Viktor contra su espalda, su abrazo embriagador y luego su gordísima tranca penetrándole, perforándole el agujero del culo sin condón. Con cara de sorpresa, de dolor y de gusto, todo a la vez, expresando sin poder contener por su boca lo jodidamente grande que la tiene Viktor, cuando se quiere dar cuenta ya la tiene toda dentro.

Empieza a empotrarle, a darle por culo. ViciousMen mira hacia abajo y ve su pene morcillón bailando al compás que impone ese macho, su pirula campaneando entre las piernas, atrás y adelante, a buen ritmo. Le da vergüenza admitirlo, pero ya que ese tiarrón dotado está dentro de él, con quién si no sentir la confianza para confesarse. Le está gustando.

No hacía falta que se lo dijera, Viktor ya sabe que le está gustando que se lo follen. Lo siente por cómo se expande su ojete para recibir a su polla y luego mediante cosas más que evidentes, como que ViciousMen se siente sobre sus piernas y el cabrón se desmelene por completo quitándose casco y arnés y saltando como un condenado tragándose toda esa pollaza por el culo.

Viktor está encantado de que le guste, de haber hecho ver a otro tio hetero que hay otros placeres esperando. De momento le toca gozar de este, de su cuerpazo de machote, de su pirula golpeándole el estómago a cada salto, de las buenas sensaciones que le provocan su culo apretadito por el que a partir de ahora entrarán muchos bigotes de gambas.

Tirando de lo que ha aprendido de su chavala, le hace a Viktor ciertas virguerías que ella hace con él en la cama, compartiendo intimidades. El avioncito follando en 360 grados sin sacar la polla del culo, el bombero, haciendo una paja al rabo con el trasero, bombeándolo para extraer la leche. Viktor le enseña que todas esas cosas y más son posibles estando él encima.

Está tan buenorro ViciousMen bocabajo, en ese sucio suelo, sobre una manta que tiene para resguardarse del frío de las gélidas mañanas a la interperie, con ese culazo, esos muslitos juntos dejando una hendidura perfecta para meter una buena polla. Viktor se pone encima de él y lo machaca a pollazos sin contemplaciones, le mete una follada de otro 360 y le penetra desde arriba como un buen minero a pico y pala.

Pero no es sólo la follada con otro tio, hay algo más que inquieta a ViciousMen y hace tambalear lo que creía hasta ese momento, cuando Viktor se pone a follarle bocarriba y le mira a los ojos, más tiempo del que dos hombres deberían mirarse. Comerse una polla, poner el culo a cambio de un adelanto, cosas que entran dentro de su cabeza. Pero, ¿ese puntito de amor por otro tio? Se bloquea y se niega a sí mismo ese sentimiento nuevo.

Finalmente se deja llevar por sus sentimientos y se entrega por completo, dejándose follar a pelo mientras mete un buen morreo a Viktor. Le gusta lo que hace, lo bien que se lo hace y cómo le ama. ViciousMen nunca se había sentido tan cerdaco y tan perro, hasta el punto de que, cuando Viktor sale de su culo sin poder contener la leche en las pelotas, lanzando chorrazos encima de su cuerpo mientras se levanta, se incorpora y acerca la cara con la boca abierta para llevarse sus lechazos.

… CONTINUARÁ

► No te pierdas aquí el canal de Youtube de Viciousmen, hombres en el jacuzzi

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