Aunque el resto del año todos ellos daban y recibían leche a espuertas regalándola por caritas y culos de conocidos y no tan conocidos, el fin de semana de Halloween la reservaban en sus cojones para una ocasión muy especial, el rito de la leche satánica, donde cada ciclo, uno de ellos se convertía en una buena putita prestando los agujeros de su boca y su culo para que todos se divirtieran.
Llevaban esperando atacar el culazo tatuado de Santi Noguera mucho tiempo. Por eso, cuando Viktor Rom, Diego Sphynx, Xuxo BCN, Nicholas Bardem y Kyle Fox bajaron las escaleras siguiendo los rituales con sus capas, velas y calzones de cuero, no tardaron en tener tiesas las pichas dispuestas a darle placer por todos los agujeros de su cuerpo.
Y qué bien se mamaba el cabrón las pollas, haciéndoles un vacío dentro de su boca que casi podía extraerles la leche de las pelotas como si fueran calipos, como si fueran biberones, estrujándolas fuerte entre sus labios y saciándose con cada centímetro de verga con sabor a polla de macho. Mientras los demás le daban de mamar rabo, Nicholas le abrió el agujero de la puerta trasera sin condón.
A él le siguieron los demás, continuando con Viktor, que le clavó su durísima y gorda pollaza haciéndole gemir de dolor y placer. El cuerpazo de Santi recibiendo rabo, meciéndose hacia adelante y atrás al ritmo de las embestidas del macho de turno que atacaba su culo a toda hostia, mantenían a todo el grupo en erección continua.
Cinco tios para dos agujeros exigía que esperaran turno. Para calmar la espera, mientras dos se divertían, los otros se quedaban cerca. Xuxo no pudo ocultar su pasión por Kyle. No había nada que reprocharle, pues tenía un gusto exquisito. Ver a Kyle desnudo en esa habitación era como tener desnudo a Superman o al Capitán América. El más alto de todos, el más cachas, esos pectorales que quitaban el hipo y una polla grande y gruesa. Y encfima el tio era atractivo a más no poder.
Los demás parecieron notarlo enseguida, así que les dejaron un rato de intimidad y entre Viktor, Nicholas y Diego rodearon a Santi, ahora tumbado bocarriba sobre el colchón en mitad de la habitación, para colmarle de pollas, gapos y pajas. Se daban ta rápido la alternativa entre ellos que llegó un momento en que Santi no podía saber quién le daba rabo por la boca o por el culo, que lo único que sabía era que le tenían relleno por delante y por detrás, bien protegido.
Nicholas había llegado dispuesto a ser el primero de la clase en todo y a disfrutar sin contenciones. Al ver a Santi bien follado a pelo, jadeando, con esa boquita chupa pollas tan bonita abierta, la lengua por fuera, no pudo contenerse y le regó con toda su leche, depositándola a lefazos sobre su carita. El morbazo que daba ver cómo le glaseaba la jeta, casi terminó por confundirles a todos y llevarles a la ruina, pero supieron aguantar para seguir reventándole el culazo.
Cuando Santi quedó desprotegido por detrás, estando a cuatro patas, Kyle llegó por detrás y triunfó. Con su cuerpazo fornido le metió una buena empotrada y pegó fuertemente sus caderas y muslos a sus nalgas, su polla completamente dentro de su ano, bombeándole con su leche por dentro. Abrió sin querer una brecha que Diego aprovechó para hacer lo mismo. La leche de dos tios brotando por su agujero.
Santi agarró el cacho pollón de Viktor, se lo merendó y no lo sacó de su boca hasta que se corrió dentro de ella, con todo el lechal supurando entre sus labios, mojándole los pelos de la barba y colgando de ella, agradeciendo enormemente que esos cerdos pollones hubieran prescindido de pajas y folladas durante un par de días para conservar el caldo de sus cojones y dárselo todo a él.