Culos en acción, montones de culos preciosos para dejarse acariciar, todos suaves, redonditos, masculinos, unos apretando fuerte para meterla y otros abiertos para recibir el regalo de un buen amigo. Dante Lauro, Manuel Skye, Marco Antonio, Michael Lucas, Nico Zetta, Oliver Hunt, Pol Prince, Ricky Hard, Rico Marlon, Valentin Amour y Vlad Stark se distribuían por la suite nupcial dejándose llevar por sus instintos, escogiendo la polla, el culo, el cuerpazo o la carita de quien más les gustaba, a veces descontrolados, salidos porque les gustaban varios, dando lugar a una descomunal orgía donde todos podían cumplir sus fantasías.
En primera línea, Ricky daba buena cuenta del culazo de Oliver, haciéndole gritar y gemir como una perra, tan fuerte que a Oliver le campaneaba la polla entre las piernas a toda hostia. El chavalito tenía un culo prodigioso, tragón y con ganas de dar amor a varios hombres. Llevó al éxtasis a un experimentado Manuel que, tumbado sobre la cama, tuvo que echar la cabeza hacia atrás intentando no correrse, algo que seguramente hubiera sucedido si hubiera mirado hacia abajo aunque fuera sólo un poco al haber visto el culazo de ese cabrón devora pollas tragarse la suya y su rabo largo estampándose contra su barriga.
La máquina del tren se había puesto en marcha, literalmente. Dante, Ricky y Rico formaban uno de pie en medio de la habitación y Ricky, que estaba entre los dos, se estaba llevando la mejor parte del trenecito a pelo. En las camas de cada lado, a derecha e izquierda, los juegos del hambre ya habían comenzado. En una de ellas, Vlad cabalgaba sobre el enorme pollón de Manuel, que a su vez se estaba comiendo la pija del chulazo de Marco Antonio.
En la otra Michael abría la cerradura del culito molón de Valentin, que estaba riquísimo y guapísimo con esa barbita. Oliver miraba las expresiones de su cara fijamente y sonriendo, intentando averiguar en ellas lo mucho que le gustaba que le metieran una buena berenjena por el culo. Los otros dos guaperas del grupo, Pol y Nico, andaban cerca, en la cabecera de la cama, donde Nico se estaba rindiendo ante una prodigiosa mamada.
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