Le prometieron que besaba bien y vaya si llevaban razón. Los labios de Roman eran suaves, dulces, te hacían sentir como volando entre las nubes. Kyler se estaba poniendo realmente cachondo, no sólo con ese beso espontáneo que surgió de ambos al girar la cabeza y dárselo por sorpresa, sino por tener en su cama a uno de los jugadores de rugby más codiciados del campus.
Al sacarse la camiseta pudo ver su fuerte torso, el mismo por el que había babeado mirándolo desde las gradas en los descansos entre tiempo de juego en cada partido cuando se acercaba el calor y se echaba agua por encima para refrescarse. No pudo menos que entregarse a él y cuando quiso darse cuenta Kyler estaba apenas con los gayumbos puestos y Roman le estaba seduciendo de arriba a abajo, cogido con una mano por el cuello, la otra mano cubriendo su trasero y le lengua de Roman incansable chupándole la nuca, poniéndole tierno.
Se quedaron los dos en calzones sobre la cama, besándose y magreándose. Roman daba palmadas en el culazo de Kyler y Kyler a su vez no paraba de sobar el paquete de Roman cada vez más abultado, deseando cumplir ese sueño de entrar en los vestuarios y ver su rabo, ese que decían era largo y precioso como ningún otro. Se lo sacó y efectivamente descubrió que las malas lenguas no mentían, que era tan bonito como decían, más todavía.
Largo, de una buena pieza, con unas buenas bolas colgando, perfecto para contentar a cualquier chico y hacerle el hombre más feliz del mundo. Como no la tenía excesivamente dura y a Kyler se le daba bien mamar pollas, se metió esa hasta el fondo, hasta casi llegar a sus huevos. Al sacarla vio que se la había dejado completamente dura. La sacó de su boca y vio cómo rebotaba enorme ante sus ojos, así que le comió los huevos succionándoselos, estirándolos, dejándolos caer para admirar una vez más cómo su miembro cilimbreaba al unísono con sus colgantes cojones.
La pirula le miraba retadora cara a cara, impresionantemente larga, dura y tiesa en vertical. Babeó por esa polla más de lo que acostumbraba a hacerlo con la de cualquier otro tio. Le costaba sacársela de la boca y mirarla, porque realmente era un pollón alucinante, de los que despiertan el apetito y te hacen abrirte de piernas a las primeras de cambio. Ahora comprendía aún mejor su éxito dentro y fuera del campo de juego.
Primero se sentó sobre su cara con esa barbita de varios días que raspaba y se dejó comer el culo, luego avanzó una zancada hacia ale frente y se sentó sobre su larga polla metiéndosela centímetro a centímetro muy gustosamente sin condón. Tuvo que empujar con fuerza ya que no acostumbraba a hacérselo con tios así de bien dotados, pero una vez entró, Roman lo tuvo fácil para penetrarle a placer y meterle una buena culeada desde abajo.
Abierto el hueco, todo parecía más fácil, hasta que le dio la espalda, le puso el culo y le dio por detrás. Cuando se la volvió a encajar en el agujero la sintió de nuevo como la primera vez, tan dura, tan viril. Además de buen empotrador era buen amante. Roman le pasó un brazo por delante rodeándole el cuello y le profirió cariñosos besitos y un buen morreo. Qué labios, qué lengua más juguetona, qué carita más guapa. Era suyo, todo para él y Kyler lo sabía.
Colmado de cuidados, Kyler terminó desmelenado, con el pito a punto de explotarle y el culo dilatado a tope. Así se las gastaba Roman, el guaperas al que se le daba de puta madre meterse dentro de un tio con sus técnicas infalibles. Ser follado bocarriba fue el último reto. Roman dándole duro, cogiéndole por las piernas, chupándole los pies. Estaba tan bueno y era tan guarro en la cama que a Kyler se le nubló la vista y al abrirla lo único que vio fue su propia polla pajeada en su mano y soltando leche a punta pala.
Roman se la sacó del culo unos segundos después. Kyler sabía que se la estaba meneando porque ya no la sentía dentro, por los rápidos impulsos de su brazo diestro y porque podía notar el roce del cipote suave, duro y caliente en la raja del culo. Lo siguiente que notó fue su semen caliente golpeándole en la base de los huevos, resbalando a goterones por la raja del culo y de nuevo su polla durísima abriéndose paso dentro de su ano, completamente lubricada de lefa.